Los productos cosméticos, ya sean ecológicos, naturales o convencionales están regulados por el Real Decreto 85/2018, por el Reglamento (CE) Nº 1223/2009 y por el Reglamento (CE) Nº 655/2013. Es decir, no hay una norma oficial para productos cosméticos elaborados a base de ingredientes de origen natural y con certificado ecológico, como sí ocurre en los alimentos de producción ecológica.
Por lo que, para hacer diferenciación de que estamos ante un cosmético ecológico o natural, se debe recurrir a una certificadora privada para que la empresa obtenga el sello de cosmética ecológica o natural tras someterse a un determinado procedimiento requerido por la certificadora.
Las marcas de cosmética no están obligadas a tener ningún sello, se someten a la certificación de forma voluntaria para asegurar que se trata de un producto de producción sostenible, natural y respetuosa con nuestra salud y la del medioambiente.
Las certificaciones en cosmética son una forma de tratar de dar confianza a los consumidores y, a su vez, permitir a los fabricantes diferenciar sus productos ecológicos o naturales del resto de los que hay en el mercado y que no lo son. Se trata de garantizar que lo que compramos es realmente natural y ecológico y no puro “greenwhasing” o “engaño ecológico”, tan usado en el sector de la cosmética.
Certificación de un producto cosmético
Antes de adentrarnos en la certificación de productos cosméticos es necesario aclarar la diferencia entre certificadoras, normativas y sellos:
- Certificadoras: organismos que dan una garantía por escrito de que un producto, un proceso o un servicio está conforme a los requisitos especificados.
- Norma o estándar: requisitos y reglamentos de una certificadora que deben cumplir cualquier producto, proceso o servicio para obtener la certificación.
- Sellos: imagen impresa en un producto que certifica que cumple con los requisitos establecidos por la certificadora.
La mayoría de las certificadoras de cosmética se dedicaban en sus inicios a las certificaciones medioambientales. Por lo que, para dar lugar a una norma específica para los productos cosméticos, contaron con un comité de expertos en cosmética y/o fabricantes del sector.
Proceso de certificación de un producto cosmético
Cuando un fabricante de cosmética natural o ecológica quiere obtener un sello para indicarlo en su producto debe seguir un procedimiento que variará de una certificadora a otra. A modo orientativo, las líneas generales para su obtención serían las siguientes:
- Elección de la certificadora con la cual se siente más identificada y se ajusta más a sus necesidades.
- Envío de la documentación por parte de la certificadora. El fabricante se la devuelve cumplimentada y paga las tasas correspondientes para que comience el proceso de certificación de sus productos (no tienen que ser todos los productos sino aquellos que la empresa desea certificar).
- Revisión de la documentación por la certificadora: se comprueba que todo parece cumplir con la norma; se acuerda con la empresa para realizar una inspección de sus instalaciones y se revisa todo lo que sea necesario para confirmar que el elaborador de los cosméticos lo está produciendo siguiendo los requisitos que especifica la normativa de la certificadora.
- Informe del inspector: una vez terminada la inspección y teniendo todos los documentos necesarios el inspector emite un informe y lo envía a revisión para comprobar que está todo correcto. Se trata de evaluar el trabajo del inspector por una tercera parte.
- Análisis del producto cosmético: si es necesario se realizan análisis de las muestras tomadas. El análisis es un complemento a todo lo demás y no es obligatorio para obtener la certificación, puesto que con la entrega de informes se acredita el origen y procesamiento de los ingredientes.
- Comisión: si está todo correcto pasa a una comisión que aprueba la certificación. La certificadora en cuestión emite el certificado en el que aparece que la empresa cosmética tiene "x" productos certificados como ecológicos y/o naturales según la norma. La validez del certificado es anual.
- Renovación: al cabo de un año el elaborador vuelve a pasar por una inspección para renovar este certificado.
¿Por qué elegir cosmética certificada?
Al existir diversas certificadoras en distintos países y con sus propias normativas encontramos algunas diferencias de unas a otras. A pesar de ello, todas coinciden en unos principios básicos de buenas prácticas que apuestan por un desarrollo sostenible:
- Ser transparente con el consumidor utilizando una terminología comprensible.
- Promover la agricultura ecológica fomentando un vínculo entre la cosmética y la producción de materias primas vegetales que respetan la biodiversidad.
- Fomentar los procesos de transformación de ingredientes menos nocivos para el medio ambiente evitando el uso de técnicas tan contaminantes como la etoxilación.
- Implementar un sistema de gestión de residuos así como un plan de limpieza y desinfección respetuoso con el medio ambiente.
- Prohibir el uso de ingredientes sintéticos derivados de la industria petroquímica, disruptores hormonales, nanopartículas, organismos modificados genéticamente, etc.
- Bienestar animal: nunca se permite testar los productos en animales y, en el caso de incluir ingredientes de origen animal (miel, cera de abeja o leche de burra, entre otros), se debe garantizar su bienestar en todo el proceso de extracción.
- Envases: reducir sus impactos medioambientales minimizando la cantidad de material utilizado y maximizando la cantidad de material que se pueda reciclar. Hay ciertos materiales prohibidos como el PVC.
No obstante y dependiendo de la certificadora ésta será más estricta en el uso de ciertos ingredientes sintéticos, así como en sus niveles de certificación.
Principales sellos en cosmética certificada
A la hora de escoger un cosmético certificado como ecológico o natural, debemos fijarnos en el sello que acompaña a su etiquetado. Hay tantos sellos como certificadoras autorizadas para productos cosméticos teniendo cada una de ellas unas normas propias y, a su vez, diferentes niveles de certificación o dicho de otro modo, distintos sellos.
Para unificar los requisitos y arrojar un poco de luz en este complicado mundo de la certificación nos encontramos con COSMOS ORGANICS y NATRUE. Ambas son asociaciones sin ánimo de lucro creadas por organismos certificadores y empresarios del sector, respectivamente, que tienen una gran influencia en el mercado y en las regulaciones sobre cosmética.
Natrue tiene una clasificación en dos niveles para los productos cosméticos acabados:
- Productos cosméticos certificados como naturales: como mínimo el 95% de los ingredientes tienen que ser naturales.
- Productos cosméticos certificados como ecológicos: como mínimo el 95% de los ingredientes certificables tienen que ser ecológicos. Como mínimo el 20% tienen que ser ingredientes de origen vegetal y como máximo un 15% pueden ser sustancias procedentes de la transformación de materias primas naturales.
Bio.inspecta está muy presente en España como certificadora independiente de Natrue gracias a la norma Bio Vida Sana, creada por la Asociación Vida Sana en 2007 al detectar que parte del sector nacional tenía problemas en certificarse y que deseaban hacerlo. La norma está especialmente pensada para los artesanos locales que desean ofrecer al consumidor la garantía de que sus productos están bien elaborados.
Esta certificación tiene 3 niveles para los productos cosméticos acabados:
- Productos cosméticos certificados como naturales: como mínimo el 95% de los ingredientes tienen que ser naturales. Se permite un 5% de productos no naturales similares a los naturales o sintéticos siempre que éstos sean imprescindibles para la formulación.
- Productos cosméticos certificados como naturales con un % de ingredientes ecológicos: igual que el cosmético certificado como natural pero con algún ingrediente ecológico.
- Productos cosméticos certificados como ecológicos: como mínimo el 95% de los ingredientes certificables son ecológicos.
CCPB SRL (Consorcio para el Control de la Producción Biológica) es un organismo italiano que certifica a nivel internacional productos cosméticos y agroalimentarios de producción ecológica. En cosmética tiene una larga experiencia diferenciando dos niveles de certificación:
- “Cosmetici Naturali”: como mínimo el 95% de los ingredientes tiene que ser naturales.
- “Cosmetici Biologici”: el 95% de los ingredientes certificables tienen que ser ecológicos. Como mínimo el 10% del total del producto tiene que ser ecológico.
El estándar Cosmos abarca dos niveles o sellos para los productos cosméticos acabados:
- «COSMOS NATURAL»: como mínimo el 95% de los ingredientes tienen que ser naturales. Aparece el logo de la certificadora que lo otorga y debajo «COSMOS NATURAL».
- «COSMOS ORGANIC»: el 95% de los ingredientes certificables tienen que ser ecológicos. Como mínimo el 20% del total del producto tiene que ser ecológico. Aparece el logo de la certificadora y debajo «COSMOS ORGANIC».
Los organismos, además de otorgar el certificado de estándar de Cosmos, también pueden utilizar su propia normativa para certificar con su sello propio. Es relevante realizar una mención especial a CAAE, que es la única certificadora española autorizada por Cosmos Organic.
Acene es una certificadora ubicada en Valladolid que comenzó como asociación. Con la experiencia adquirida durante años se consolidó como una empresa de confianza y accesibilidad para la certificación de fabricantes, artesanos y marcas de cosmética ecológica.
Su norma es bastante estricta, combina criterios propios y los más exigentes del estándar Cosmos. Tiene dos niveles de certificación:
- ACENE BIO: el 97% del total de ingredientes son de origen natural, incluyendo agua o productos de origen mineral y tienen en su formulación un mínimo del 20% de origen ecológico certificado.
- ACENE NAT: el 97% de ingredientes son de origen natural y mineral, incluyendo agua.
Además de los sellos para determinar si un cosmético es ecológico o natural, también nos encontramos con los que indican que el cosmético es «Cruelty Free» y/o «Vegan». Ambos sellos tienen diferente significado pudiendo encontrarse de manera independiente o conjunta:
- «Cruelty Free»: cosmético que no ha sido testado en animales en ninguna de las fases de desarrollo del producto. Puede contener ingredientes de origen animal como miel, cera de abeja, leche, etc.
- «Vegan»: producto cosmético que no contiene ingredientes de origen animal ni derivados.
En 2013, la Unión Europea prohibió totalmente testar en animales tanto el cosmético como los ingredientes que los componen y, además, se prohibió la comercialización de los productos que lo estuvieran en territorio europeo. Por tanto, si adquirimos un cosmético en Europa podemos estar tranquilos de que no ha sido testado en animales y no será necesario ningún sello «Cruelty Free».
Sin embargo, muchas marcas recurren a certificaciones privadas para confirmar que ninguno de los ingredientes procedentes de países extracomunitarios han sido testados en animales. De esta forma, se le da una garantía adicional al consumidor pero resulta redundante, ya que no se permite la comercialización de cosméticos testados en animales en Europa.
Kalipay Cosmetics cuenta con los sellos ACENE Natural, Orgánico, Vegano y Bio, ya que son los que exigen mayor porcentaje en sus certificaciones.